miércoles, 9 de marzo de 2016

EL HOMBRE DEJARÁ PADRE Y MADRE Y SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS, SERÁN UNA SOLA CARNE. LO DIJO EL SEÑOR.

«YO... ME CASO CON CUALQUIERA»
Por Carlos Rey.
(Día Internacional de los Derechos de la Mujer).
¡Caramba!, quiero casarme,
aunque mi mamá lo sienta;
porque paso de los treinta
y yo no quiero quedarme.
Yo estoy ya por colocarme;
pero de cualquier manera,
sin andar con más espera
ni más vuelta al pensamiento,
yo estoy ya por casamiento
y me caso con cualquiera.
Cansada estoy de esperar
y me moriré de vieja
esperando esta pareja
con quien me quieren casar,
que del cielo ha de bajar:
blanco, noble y millonario,
de un talento extraordinario,
buen mozo, muy elegante,
que toque el piano y que cante
más bonito que un canario.
Mi mamá culpa ha tenido
que llegara yo a esta edad
sin esa felicidad
de tener un buen marido;
porque a ella le ha cogido
con que debo ser casada
con ministro o embajada
de Alemania o [de] Inglaterra
cuando aquí en nuestra tierra
no valemos casi nada.
. . . . . . . . . .
No quiere que tenga amores,
ni quiere que al parque vaya,
porque no falta canalla
entre los visitadores,
ni por los alrededores
de casa pisa varón;
porque dizque todos son
unas aves de rapiña
que se llevan a las niñas
como a paloma un gorrión.
. . . . . . . . . .
Envidia me causa ver
miles mujeres casadas,
que están muy bien colocadas
por no ponerse a escoger,
pues el mucho pretender
y ese orgullo mal fundado
no da ningún resultado;
pero ni luce ni cabe
donde todo el mundo sabe
del pie [del] que uno ha cojeado.
. . . . . . . . . .
Así es que quiero casarme
con el hombre que me cuadre,
y no con el que mi madre
por esposo quiera darme;
pues yo no quiero quedarme
como otras que están penando,
que por estar esperando
casarse con un sultán,
vistiendo santos están
y en las iglesias cantando.1
Por algo será que estas simpáticas décimas escritas en Santiago de los Caballeros el 29 de septiembre de 1904 las dedique el autor cibaeño Juan Antonio Alix a la juventud alrededor del mundo. Es que, como bien dice el refrán que cita el dominicano Alix en su dedicatoria, «en todas partes se cuecen habas».
Vale la pena aclarar que Alix sin duda exagera a propósito al representar a la mujer de estas décimas como quien está dispuesta a casarse con cualquiera. En realidad, lo que apasiona a la tal mujer es casarse con el hombre que quiera ella misma y no con el que quiera su mamá. De modo que no se trata de mofarse de la condición de la mujer sino de considerarla, reconociendo que Dios la creó con libre albedrío para que ella, cuando alcanzara la madurez necesaria, dirigiera su propio destino.
Pero más vale que toda mujer se valga de esa libertad no sólo para resolver su estado civil, determinando así su destino matrimonial, sino también para resolver su estado espiritual, determinando así su destino eterno. Pues la relación que podamos o no tener con un cónyuge es transitoria, mientras que la que tengamos o no tengamos con Dios es permanente, y por eso tiene consecuencias eternas. Lo paradójico del caso es que Dios, mejor que nadie, sabe «del pie del que uno ha cojeado», y sin embargo quiere tener una relación íntima con cada uno de nosotros. Y a diferencia del anhelado marido de la mujer de estas décimas de Alix, Dios sí bajó del cielo, enviando a su Hijo Jesucristo a fin de mostrarnos su amor incondicional para que, con sólo buscarlo, pudiéramos comenzar a disfrutar de una feliz relación con Él para siempre.

1Juan Antonio Alix, «Lamentaciones», en Poesía y Teatro, Colección Pensamiento Dominicano, Vol. I (Santo Domingo: Banco de Reservas, 2008), pp. 310-12 <http://www.banreservas.com.do/Biblioteca%20Virtual/Pensamiento%20Dominicano/ Volumen%20I%20-%20Poes%C3%ADa%20y%20Teatro.pdf > En línea 15 septiembre 2015.

lunes, 8 de febrero de 2016

AMAR A DIOS CON TODO EL CORAZÓN Y SIN TRAICIÓN.

«AL DUEÑO DE VARIOS AMORES»
por Carlos Rey

Ya que tienes otra dama,
dime cuál será mi estrella:
si tú te quedas conmigo,
o te quedas tú con ella.
Háblame con claridad,
como si hablaras con Dios:
¿A cuál será de las dos
que le das seguridad?
Si es a mí, no hay novedad;
pero si tu amor se inflama,
y en resumen se proclama
por aquella, y no por mí,
no puedo seguir así,
ya que tienes otra dama.
Yo quisiera que tu amor
para mí solita fuera,
sin que otra se metiera
a gozar de ese primor.
Yo no quiero más dolor
por causa de otra aquella.
Y al ponerte mi querella,
como juez de tu conciencia,
para saber tu sentencia:
Dime cuál será mi estrella.
¿Cuál será la suerte mía?
¿A dónde iré a parar?
Eso quiero averiguar
antes de que llegue el día
de verme en más agonía.
Y como penando sigo,
por último así te digo
que te ofrezco mi amistad
para siempre, y de verdad,
si tú te quedas conmigo.
Si eres hombre de verdad,
no temas en declarar
con quién te vas a quedar
con toda puntualidad.
En esta conformidad
concluyo así mi querella,
que quiero saber mi estrella.
Pues con franqueza te digo:
que o te quedas tú conmigo,
o te quedas tú con ella.1
En estas décimas dedicadas «Al dueño de varios amores», Juan Antonio Alix, considerado el mejor representante de la décima dominicana, representa fielmente así mismo a la mujer dominicana que, a su vez, representa la causa de la mujer panamericana. Al igual que luchó como soldado en pro de la independencia dominicana, Alix aquí lucha como poeta en pro de la emancipación femenina.
Poniéndose en el lugar de la mujer traicionada, Alix apela a la hombría del género masculino, exhortando al hombre infiel a que se decida por una sola mujer. «Si eres hombre de verdad —le dice—, no temas en declarar con quién te vas a quedar.»
En el libro del profeta Oseas, Dios se encuentra en la misma situación insoportable que la mujer de estas décimas de Alix. «Ya no hay entre mi pueblo fidelidad ni amor»,2 juzga el Señor de Israel. Así que, para enseñarle una lección a ese pueblo infiel, Dios le manda a Oseas que se case con una prostituta, sabiendo de antemano que ella lo va a traicionar. Luego de que la esposa le es infiel, Dios le dice al pobre profeta: «Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a dioses ajenos».3
A la postre, el amoroso Dios de Israel está dispuesto a perdonar a su pueblo después de pedirle cuentas de su conducta. De ahí que Oseas exhorte a Israel a que se vuelva al Señor su Dios con este ruego: «Perdónanos nuestra perversidad, y recíbenos con benevolencia».4
Así como el pueblo de Israel, todos los que hayamos tratado con doblez a Dios debemos ahora volvernos a Él y pedirle perdón, con la confianza de que nos perdonará igualmente a nosotros. Pues así como la mujer en las décimas de Alix, Dios, como juez de nuestra conciencia, merece saber nuestra sentencia. Hablémosle con claridad. Digámosle que nos quedamos con Él y no con los dioses ajenos de este mundo.

1Juan Antonio Alix, «Al dueño de varios amores», en Poesía y Teatro, Colección Pensamiento Dominicano, Vol. I (Santo Domingo: Banco de Reservas, 2008), pp. 328-29 <http://www.banreservas.com.do/Biblioteca%20Virtual/Pensamiento%20Dominicano/Volumen%20I%20-%20Poes%C3%ADa%20y%20Teatro.pdf > En línea 15 septiembre 2015.
2Os 4:1
3Os 3:1
4Os 14:2

viernes, 1 de enero de 2016

¿ POR QUÉ VA A TANTA PRISA? PIENSE ANTES DE ACTUAR

AFLOJE EL PASO
por Carlos Rey
¿Ha visto a los niños
dando vueltas en un carrusel?
¿O ha escuchado a la lluvia
salpicando en el andén?
¿Ha seguido el vuelo
de las mariposas,
o ha contemplado el sol
en su ocaso y en su gloria?
¿Por qué no afloja el paso
y aminora la marcha?
El tiempo es corto,
¿para qué tanta prisa?
¿Se pregunta por qué
siempre anda apresurado
y por qué nunca escucha
respuesta a sus saludos?
Y al final del día
en la cama acostado,
¿piensa en mil tareas
que acabar no ha logrado?
¿Por qué no afloja el paso
y aminora la marcha?
El tiempo es corto,
¿para qué tanta prisa?
¿Le ha dicho a su hijo:
“Lo haremos mañana”,
sin haber advertido
su innegable tristeza?
¿Ha dejado que cese
una hermosa amistad
por no dedicarle
tiempo y cordialidad?
¿Por qué no afloja el paso
y aminora la marcha?
El tiempo es corto,
¿para qué tanta prisa?
Cuando aprieta el paso
para llegar más pronto,
no es tan divertido
como ir poco a poco.
Si su vida es tan sólo
un constante ajetreo,
resulta un buen regalo
tirado al basurero.
La vida no se debe
llevar a toda prisa.
Hay que oler el perfume
de la flor y la brisa.
Este poema, traducido y adaptado del inglés, fue compuesto por el psicólogo David Weatherford y publicado originalmente en 1991.1 Lamentablemente se le ha enviado por correo electrónico a millares de personas alrededor del mundo como si fuera de un autor desconocido. Según el mensaje que ha acompañado al poema, así se había de cumplir el último deseo de una niña que estaba muriendo de cáncer. Presuntamente ella había pedido que se le enviara a cuantos fuera posible, para motivarlos a que aprovecharan la vida al máximo, ya que ella no podría hacerlo.
Con el transcurso del tiempo, al final del mensaje comenzó a aparecer el nombre y el teléfono de un profesor de una universidad de Nueva York. ¡Cuál no sería la sorpresa de los que llamaron a ese teléfono y escucharon un mensaje grabado que decía: «Si usted está llamando con relación al mensaje por correo electrónico, sepa que es falso y que el nombre del profesor se adjuntó inadvertidamente a dicho mensaje»!
La verdad es que, aunque ese mensaje preciso careciera de fundamento, hay miles de niños como la niña del mensaje, inocentes víctimas mortales de un mal que los aflige, que si les fuera posible, harían circular tal poema. Porque a pesar de la mentira, el poema no deja de ser cierto, y hoy más que nunca necesitamos seguir el consejo que nos da.
Al fin y al cabo, como dijo Jesucristo, por mucho que nos afanemos no podemos añadir una sola hora al curso de nuestra vida.2 En cambio, si nos afanamos mucho, se hará realidad en nosotros la sentencia del refrán que dice: «Quien de prisa vive, de prisa muere.»3 Por eso más vale que sigamos el consejo del poema, que se resume en este último refrán: «Vete al monte algún buen día, que Dios da de balde su perfumería.»4

1<http://www.davidlweatherford.com/slowdance.html> En línea 25 julio 2008.
2Mt 6:27
3Refranero general ideológico español, compilado por Luis Martínez Kleiser (Madrid: Editorial Hernando, 1989), p. 597.
4Ibíd., p. 570.

lunes, 10 de junio de 2013

EL APÓSTOL PABLO RECONOCE SU CONDICIÓN DE SER HUMANO

«LEVÁNTAME, QUE ESTOY CAÍDO»
por Carlos Rey

Levántame, Señor, que estoy caído,
sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;
quiérome levantar y estoyme quedo;
yo propio lo deseo y yo lo impido.
Estoy, siendo uno solo, dividido;
a un tiempo muerto y vivo, triste y ledo;
lo que puedo hacer, eso no puedo;
huyo del mal y estoy en él metido.
Tan obstinado estoy en mi porfía
que el temor de perderme y de perderte
jamás de mi mal uso me desvía.
Tu poder y bondad truequen mi suerte:
que en otros veo enmienda cada día,
y en mí nuevos deseos de ofenderte.»1
Con este conmovedor soneto de Fray Miguel de Guevara se inicia el conceptismo mexicano de los siglos dieciséis y diecisiete. Lo que tiene de ingenioso el soneto —lo cual caracteriza a la poesía conceptista— es la forma en que se vierte el concepto y no el concepto mismo, ya que éste proviene de la fuente literaria más conocida de todos los tiempos.

viernes, 10 de mayo de 2013

POEMA SOBRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

«LA NIÑA CIEGA»-Ó  «LA NIÑA QUE VE MÁS QUE NOSOTROS»

¡Qué ciego es el mundo!, madre,
¡qué ciegos los hombres son!
Piensan, madre, que no existe
más luz que la luz del sol.
Madre, al cruzar los paseos
cuando por las calles voy,
oigo que hombres y mujeres
de mí tienen compasión;
que juntándose uno a otro
hablan bajando la voz,
y que dicen: «¡Pobre ciega!,
que no ve la luz del sol.»
Mas yo no soy ciega, madre;
no soy ciega, madre, no.
Hay en mí una Luz divina
que brilla en mi corazón.
El Sol que a mí me ilumina
es de eterno resplandor;
mis ojos, madre, son ciegos...,
pero mi espíritu... no.
Cristo es mi Luz, es el día
cuyo brillante arrebol
no se apaga de la noche
en el sombrío crespón.
Tal vez por eso no hiere
el mundo mi corazón
cuando dicen: «¡Pobre ciega!,
que no ve la luz del sol.»
Hay muchos que ven el cielo
y el transparente color
de las nubes, de los mares
la perpetua agitación,
mas cuyos ojos no alcanzan
a descubrir al Señor,
que tiene a leyes eternas
sujeta la creación.
No veo lo que ellos ven,
ni ellos lo que veo yo:
ellos ven la luz del mundo;
yo veo la luz de Dios.
Y siempre que ellos murmuran:
«¡Pobre ciega!», digo yo:
«¡Pobres ciegos!, que no ven
más luz que la luz del sol...

viernes, 15 de febrero de 2013

POESIA DEL SERVICIO AL CLIENTE

Complacer a mis Clientes
hace parte de mi ingenio
disculpe Señor/ Señora
si hoy tengo alterado el genio.

Si algo aquí encuentra mal
y no se halla complacido,
no salga de éste lugar
sin antes hablar conmigo.
Si cometo algun error,
no debe nunca decirlo,
y hábleme sin rubor
para poder corregirlo.

Recuede que soy humano,
por eso no soy perfecto,
pero si me hace sugerencias
corregiré mis defectos.

Nunca sea indiferente;
múestrese franco conmigo
porque ademas de un buen Cliente,
quiero que sea mi Amigo.